Saldremos un siglo de estos de la crisis


lunes, 11 de octubre de 2010

Rinconete y Cortadillo

La cultura mediterránea está impregnada desde la antigüedad de picaros, si podemos considerar pícaro a Ulises u Odiseo de Ítaca, como lo plasmo Homero en la guerra de Troya o en la Odisea o Teseo y el Minotauro. España no ha podido escapar a esa influencia mediterránea, pero eso si creando nuestro propio concepto de pícaro, rayando con la broma cruel y bordeando la ilegalidad en sus acciones.
Picaros hay en todo los aspectos y estratos sociales y económicos, desde el lo aplica a las conquistas amorosas, como Don Juan Tenorio, en la política y las artes. El ser pícaro está bien visto en nuestro país, si nos vamos a las finanzas pícaro fue Jesús Gil, que incluso fundo un extinto, creo, partido político y como pícaro populista y popular estuvo bien visto entre el amplio número de personas que lo apoyaban.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en quien ya saben ustedes verdad, Díaz Ferrán partir de ahora no lo vamos a nombrar como en Harry Potter, nunca nombran a Lord Voldemort y lo nombran, «el que no debe ser nombrado». Incluso sus seguidores se refieren a él como «Señor Tenebroso» o «Señor Oscuro». Yo “el que no debería ser nombrado”, lo he llamado La Bestia, pero no queda claro. Podemos llamarlo La Bestia de la CEOE, pero con lo pocos días, recemos al señor, que le quedan en el puesto habría que nombrarlo de otra manera, vamos a llamarlo “EL Señor de las Quiebras”, que os parece.
Pero volvamos al tema, si el pícaro protagonista de las novelas tenia la escusa de satisfacer necesidades vitales, estos picaros financieros, lo único que buscan es el enriquecimiento rápido a costa de quien y de lo que sea y para ellos solo existen amigos de los que se puede sacar algún partido, mientras el amigo no se dé cuenta que lo están utilizando, hay algunos que se dan cuenta a los cincuenta años de entablar amistad.
Si el pícaro de Mateo Alemán o Cervantes no se llevaba demasiado bien con los poderes públicos, los picaros empresariales, incluso apoyan sus propios candidatos políticos, creando un tufo de corrupción entre los políticos y ellos y muchas veces difícil de demostrar, porque estos picaros empresariales saben moverse entre todos los poderes y estamentos públicos y su comportamiento, pasa por ser intachable, hasta que un exceso de codicia hace destapar la posa de inmundicia donde morán y llenan a todo su entorno próximo de suciedad y podredumbre, como decía mi padre, antes se coge a un ladrón, por codicioso, que por ladrón.
Juan José Quintana Pérez.C/Luis de Ardila, 19. 11100 San Fernando (Cádiz). Tlno.: 605403963. Email: jjquinpe@gmail.com

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